Comienzan las negativas, los sinsabores, las idas y venidas, las entradas y salidas (como dice “Guirigai”) sin respuestas definitorias, aunque todo sea relativo 🙁 Me refiero a los contactos con disqueras, locales y otros intermediarios en este camino de acceso de la música (la creación) a vosotros el “gran público”.
Cuando ya se ha vivido esto otra vez, uno relativiza todo y coloca cada cosa en su sitio, cada sensación en su nivel, sin exageraciones, a pesar de que es complicadísimo cuando el ser humano es por naturaleza permeable. En mi caso, además, la pasión es uno de los motores de mi actitud vital, contra la cual es imposible quedarme parado con gesto de jugador de cartas.
De todo se aprende, y de algo se enseña tendría yo que añadir. El detalle más insignificante, la frase más superficial y la mirada más escurridiza pueden dar pistas acerca del camino a seguir. Continuaré la batalla, sin ira, sin violencia, recuperando la frase de “quien algo quiere, algo le cuesta” aunque me vaya el sueño en ello.